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La suerte no existe

Muchos creen que la suerte es una sucesión de hechos o situaciones inesperadas, y muchas de ellas sustentan que lo que les pasa en la vida depende del destino. Por ahora, no nos preguntaremos qué es la suerte y si existe o no. Lo importante, sin embargo, es que todo depende de la actitud ante la vida y de cómo nos comportamos. Cada persona crea su propia suerte, su propio destino. Las personas que tienen “buena suerte”, son positivas, optimistas, con buena energía y seguras de sí mismas; las personas con “mala suerte” son negativas, tristes y continuamente están molestas o de mal humor.

En el fondo todo lo que vivimos depende de las oportunidades que se presenten y cómo las aprovechamos. ¡Así es! La suerte como tal, no existe. La buena suerte es ese momento en que se reúnen todas las condiciones suficientes para alcanzar el éxito y la autorrealización. Y esto se logra porque hubo actitud positiva, preparación, voluntad, constancia, riesgos y fracasos y mucho esfuerzo para poder identificar las oportunidades y lograr los objetivos en los proyectos emprendidos.

En cambio, la mala suerte está relacionada con algunos hábitos que los llevan a actuar de manera equivocada y ponen todo el poder y la capacidad de lograr algo fuera de ellos mismos. Las personas que tienen este enfoque pesimista, son inseguros, inventan excusas, no se esfuerzan por mejorar y sólo se fijan en los aspectos negativos y en las fallas que cometen, culpando así a los demás de sus errores.

¿Qué debemos hacer? Aprender a vivir positivamente, es el primer paso para actuar. Reconocer los errores para aprender de ellos, estar atento a las oportunidades y aprovecharlas. Estar convencidos de que nos va a ir bien. Desarrollar un plan realista para alcanzar los objetivos y lograr el éxito al que queremos llegar.

Publicado en: Diario Gestión