Las video-llamadas se han puesto “de moda” en este último tiempo debido a la cuarentena. Esta situación nos ha obligado a utilizar plataformas digitales para mantener vínculos y hacer network a distancia.
Cada vez es más frecuente la comunicación que nos da la posibilidad de hablar viéndonos las caras. Cuando hablamos por teléfono nos perdemos parte de la información, pero nos es más cómodo porque no nos preocupamos del entorno ni prestamos atención a nuestro lenguaje corporal.
El desafío tecnológico al que nos ha puesto la pandemia, nos ha obligado a hablarle a una pantalla. Trabajar de manera virtual significa un cambio importante en la forma de organizarnos y no somos conscientes de cómo funciona este nuevo formato de reunión, donde los detalles importan para mantener nuestra imagen profesional impecable.
Para aprovechar al máximo este canal de comunicación, les dejo algunos consejos que aunque algunos son obvios, a veces se nos pueden pasan por alto.
- Elige el espacio adecuado: Identifica tu entorno y crea la escena en donde harás la videoconferencia. ¡No en el sofá y menos en tu cama! Que sea un espacio tranquilo, sobrio y ordenado. Elige bien qué objetos quieres que estén visibles, utiliza un fondo de pantalla sólido de preferencia y preocúpate de tener buena iluminación. Sácale el mayor potencial posible a tu escenario y si la conversación es confidencial, que no hayan otras personas en el espacio y que no se oigan ruidos.
- Hazte amigo de la cámara: Familiarízate con ella y antes de comenzar, prueba la plataforma que vas a usar, revisa que todo esté ok: La conexión a internet, el audio, la imagen ¡y que tengas batería!
- Sé puntual: Organiza tu espacio de trabajo y conéctate minutos antes de tu reunión, así podrás comprobar que todo funcione adecuadamente.
- Los ojos son el punto de conexión: Cuando hables, mira a la cámara, así estarás conectado directamente con tu interlocutor y transmitirás confianza. Cuando lo escuches, mira a la pantalla.
- Evita ser multitasking: Al estar permanentemente observados, cuando no prestamos atención por hacer otras cosas, ¡se nota! Evitemos contestar mails y whatsapps; reunión virtual no significa informal.
- Observa tu lenguaje corporal: Siéntate como si estuvieras en una reunión de negocios. El lenguaje no verbal en una videollamada está centrado en la cara, así que ¡cuida tus gestos! El interlocutor debe verte en plano medio y con las manos en la mesa para que la gesticulación sea moderada y esté dentro del encuadre de la pantalla.
- Ten claridad en la comunicación: Prepara antes lo que vas a decir y presta atención a tu voz y lenguaje. Las conexiones no son perfectas, es mejor estar preparado.
- ¡Pórtate bien!: Adoptemos posturas de las reuniones presenciales que demuestran interés en la conversación y evitemos actitudes contraproducentes como bostezar, comer, fumar, masticar chicle o hacer ruidos con el lapicero.
- ¡Adiós pijama!: Estemos vestidos de la cabeza a los pies, como si saliéramos a la calle. Esto nos dará seguridad y prestancia en la reunión. El pijama proyecta dejadez, desinterés y la ropa casual es igual de cómoda. Elígela según la imagen profesional que quieres proyectar.
- Cuida tu imagen: La marca personal en una videollamada es tan importante como en el cara a cara. ¿Qué imagen quieres transmitir? La vestimenta, la postura, hasta tu voz y tu lenguaje, aportan mucha información.
- Sonríe: Tu sonrisa auténtica, manteniendo contacto visual, es el nuevo “apretón de manos”. Sonríe siempre y agradece el tiempo compartido.
- ¡Seamos empáticos! Es el momento para fortalecer vínculos.
Publicado en Revista Stakeholders