Las palabras positivas son clave para ser más felices. Los expertos confirman que las palabras generan emociones y tienen un gran poder en nuestro cerebro de determinar el sentido de nuestros pensamientos, nuestra actitud ante la vida e incluso en nuestra salud. En ese sentido, tanto nuestros pensamientos como las palabras que utilizamos, definen en gran medida quiénes somos y cómo queremos que nos vean los demás… es decir, influyen también en las decisiones que tomaremos.
Las palabras tienen “magia”, pero, ¿somos conscientes de cómo hablamos? Estar alertas es una forma de tomar conciencia del lenguaje que utilizamos con nosotros mismos y con los demás… Siempre usamos palabras -la mayoría de veces inconsciente- sin darnos cuenta que los mensajes tienen energía propia y una carga emocional poderosa.
En las relaciones interpersonales las palabras positivas generan apertura, facilitan la comunicación y son una puerta para construir o afianzar vínculos con los demás. Pueden además aportarnos muchos beneficios como lograr una sonrisa en la otra persona, aumentar la autoestima, la seguridad y paz interior.
Centremos nuestro discurso evaluando el lado positivo de las cosas. Todo tiene una parte buena y si cuando hablamos nuestros mensajes se centran en ello, nos vamos a sentir mejor y las personas que nos escuchan, también. Y si nos encontramos con un contratiempo, cambiemos la manera en que percibimos y encaramos el problema. Con el lenguaje adecuado, siempre encontraremos el lado positivo de la vida y cumpliremos nuestros objetivos. Hagamos la prueba y observemos con atención el impacto que causa.
Publicado en Diario Gestión