El sector de la organización de eventos se transformó drásticamente durante la pandemia y los eventos virtuales –como única opción en un momento- se convirtieron en la nueva normalidad. Hoy, con el regreso a la presencialidad, los eventos híbridos están “de moda” y llegaron para quedarse.
Estos eventos que combinan las prácticas presenciales y virtuales –con una audiencia en línea e interactiva-, tiene muchos retos, pues la idea es que puedan ofrecer la misma experiencia de la presencialidad, a distancia. Hay también muchas ventajas:
1) Tecnología: una buena conexión de internet y aprovechando la tecnología audiovisual tradicional con la realidad virtual, hace más viable el logro de nuestros objetivos. 2) No hay limitaciones físicas ni geográficas: cualquier persona del mundo puede participar del evento y los asistentes virtuales pueden intervenir e interactuar de la misma forma que los que asisten presencialmente. 3) Son más rentables: podemos estar presentes en varios países a la vez con una sola inversión. 4) Networking: porque da la oportunidad de crecer una red de contactos extendida, a nivel global. 5) Ponentes en remoto: podemos contar con conferencistas internacionales y acceder a speakers “inalcanzables” porque estamos a un clic de distancia.
Cabe mencionar que los eventos en vivo y en persona, nunca pasarán de moda; no hay nada como la interacción humana, reunirse en persona tiene un poder real: la conexión emocional.
Publicado en Diario Gestión