El ejecutivo de hoy debe entender que relacionarse con su entorno forma parte del éxito personal y empresarial. Hay muchas oportunidades para consolidar nuestra imagen o para crear espacios que permitan identificar posibles negocios, una de ellas es la participación en eventos corporativos importantes. En ellos, además de crear aperturas de diálogo se enriquece nuestra red. Esto significa que el trabajo comienza mucho antes del evento al que se planea asistir:
Previo al evento:
Hay que planificar. Lo primero es definir la imagen que uno quiere transmitir y luego realizar las acciones para que esto se dé. Como sabemos, el tiempo de un ejecutivo es el recurso más valioso, usarlo eficientemente es fundamental para tener éxito. Así que hay que comenzar por identificar el perfil de personas con las que se quiere contactar y el valor que va a generar asistir al evento. Llevar sus tarjetas de presentación, es esencial. El diálogo debe parecer natural y nunca es bueno forzarlo.
Durante el Evento:
Llegar a tiempo es un buen momento para conectar, por lo que uno debe ser eficiente en la interacción con cada persona. También uno debe aprovechar los espacios en los coffee breaks y almuerzos. Al cierre del evento, el establecer contacto con los expositores puede ser de mucho valor en el futuro, así que es importante prepararse para tener una buena conversación sobre el tema de la presentación.
Después del evento:
Una vez que culmina, el ejecutivo no ha terminado. Es preciso evaluar a las personas a las que se contactó e identificar el valor que ellos pueden generar y viceversa. Enviar un correo para establecer la relación será de gran utilidad. Si el contacto es clave, hacerle una invitación a una reunión o evento, ayudará a continuar la relación.