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Las virtudes y tu potencial ilimitado

Todas las personas tenemos un potencial ilimitado por naturaleza. Podemos lograr todo lo que nos propongamos. A pesar de ello, hay quienes no pueden conseguir cumplir sus sueños simplemente porque no logran identificarlos. No saben qué es lo que quieren.

El primer paso a dar, es tomar conciencia de que cada ser es único y al ser únicos, somos especiales. Nadie tiene exactamente las mismas virtudes y potenciales que cada uno. Pero, sin embargo, identificarlas implica tener valentía para enfrentarse a uno mismo. Hay que hacer un proceso profundo de reflexión y autoconocimiento para saber quiénes somos y en qué somos buenos.

Y es que no hay nadie igual a nosotros en todo el universo. Entonces, nadie puede aportar la contribución única que podemos dar, considerando experiencias, recursos y acciones, y siendo conscientes que tenemos un potencial ilimitado. Nadie ha leído los mismos libros, tiene los mismos amigos o ha vivido de igual forma las mismas experiencias.

Para ello, lo primero que debemos hacer es identificar las virtudes más importantes del ser humano y usarlas como guía. Por ejemplo, la ética profesional marca las pautas del desarrollo laboral a través de valores universales que posee cada persona. Compartir, además de ciertos talentos únicos, estas virtudes comunes nos ayudará muchísimo profesionalmente.

Es imprescindible que cualquiera que quiera trabajar, cuente con sus propios códigos éticos, como son la responsabilidad, confidencialidad, honestidad, lealtad. Descubrir el talento, junto con estos valores, lo cambia todo. Desarrollar las habilidades que uno tiene y explorar sus fortalezas ayuda a que cada una de éstas pueda convertirse en un talento. El talento no es más que la buena práctica de una virtud particular.

Preguntémonos en qué somos buenos, qué nos gusta o que soñamos hacer en un futuro. Para que pueda ser considerado talento, la pasión permite identificarlo. El trabajo que te apasiona es para el que tienes el talento notable. Si queremos vivir una vida que valga la pena, escojamos un trabajo que nos entusiasme, donde pasemos por la mejor experiencia posible. La pasión es el resultado de la excelencia. Cuando sobresales o destacas en algo, es porque te gusta hacerlo.

Publicado en Diario Gestión