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La reciprocidad de las relaciones

Como todo en la vida, para recibir, primero hay que dar. Especialmente en el networking que consiste en generar y construir relaciones duraderas a nivel profesional o personal para conectarse con personas o entidades, y así poder lograr nuestros objetivos. Se trata de saber relacionarse para intercambiar experiencias, descubrir contactos y oportunidades de negocio, establecer alianzas, etc. Es por ello que el éxito del networking se da a través de tres acciones: Dar, pedir y agradecer. Dar porque es esencial que los demás se sientan también valorados, pedir para saber transmitir nuestras necesidades y agradecer siempre lo recibido a quienes nos han ayudado para mantener el contacto.

No existe el networking en una sola dirección. Un intercambio productivo es aquel que fluye por ambos lados para beneficio mutuo y mantenimiento de las relaciones a largo plazo. Con ello, los resultados llegan. No se trata de dar sólo a quienes nos pueden devolver el favor, sino de ayudar desinteresadamente a quien necesite apoyo y, eventualmente, esa ayuda regresa. En una red de contactos hay oportunidades para todos. Si sólo se piensa en salir beneficiado uno mismo, nadie obtendrá nada.

Se trata de un networking generoso que intenta agregar valor y hacer cosas por los demás, estar atento a las oportunidades que se nos cruzan para poder conectarlas con las personas idóneas y que nos ayuden a tener éxito. Estamos siempre pensando en formas de hacer que las cosas sucedan. Es por esto que el trabajo de conectar y relacionar a las personas requiere de mucha paciencia, tiempo y esfuerzo. Sin embargo, esta es la mejor manera de vincularse con nuestra red de contactos y construir relaciones de confianza. De esa forma, contaremos con ellos para el crecimiento de nuestros negocios, o incluso los llamaremos por motivos personales también. No pidamos favores sin ofrecer algo a cambio. Cuanto más ayudemos para beneficiar a otros, los esfuerzos volverán con creces, como un búmeran: todo da vueltas. Todos ganamos.

¡Cultiva las relaciones y ten paciencia!

Publicado en Diario Gestión