En toda experiencia corporativa, cada detalle comunica. El menú de un evento no solo despierta los sentidos, también transmite quiénes somos y lo que representamos. La propuesta gastronómica refleja el estándar de tu marca, la experiencia que aspiras a construir y el compromiso con el cuidado de cada elemento. Por eso, la degustación previa no es un lujo, es una decisión estratégica: no se trata solo de sabor, sino de reputación.
He sido testigo de cómo un detalle mal cuidado —como un plato difícil de cortar para un invitado con discapacidad— puede generar incomodidad y dañar una experiencia cuidadosamente diseñada. Del mismo modo, he visto cómo una propuesta gastronómica pensada a medida puede sorprender, emocionar y reforzar el vínculo con los asistentes.
Este concepto lo entiende bien Mitsuharu “Micha” Tsumura, chef peruano recientemente reconocido por The World’s 50 Best Restaurants con su restaurante MAIDO como el mejor del mundo. Micha lo resume así: “Creo que el acto de amor más hermoso es cocinar para alguien. Es lo más bello que me ha pasado en la vida.”
La imagen de una marca no solo se construye con campañas y discursos. Se construye en cada gesto, en cada interacción… y en cada plato que servimos. Porque cuando se trata de reputación, el diablo —y la oportunidad— están en los detalles.
Publicado en el Blog del Diario Gestión