Hoy, muchas empresas han optado por mantener el “home office” y hay otras que ya comenzaron a regresar de manera parcial a las oficinas, pero regresar a la presencialidad, puede generar estrés. El regreso a la oficina puede ser un cambio bienvenido, pero para las personas que salen después de casi dos años de relativo aislamiento, ¿Son los abrazos o el saludo con puños bienvenidos?
Abrazar es bueno para el alma y para la salud, genera sensación de bienestar, felicidad y reduce el estrés. Estamos acostumbrados a extender el brazo, mirar a la otra persona a los ojos y presentarnos para generar un vínculo, pero ¿podemos abrazar a nuestros compañeros de trabajo? ¿Cómo hacemos para que no se malinterprete el mensaje, si alguien no quiere abrazos o no quiere explicar a cada rato que quiere mantener distancia?
Muchas empresas están comenzando a utilizar distintivos que indiquen su preferencia por el distanciamiento social: una pulsera de color o un pin con un mensaje personalizado. Esta estrategia está funcionando muy bien pues las personas que están en las oficinas pueden marcar la pauta de cómo quieren interactuar y comunicar sus límites de contacto sin tener que dar explicaciones. Es un complemento que señala tu preferencia: ¡Sí, abracémonos!
Publicado en Diario Gestión