Participamos en un mundo globalizado, que impulsa a los ejecutivos a transformarse en ciudadanos del mundo debidamente interconectados. Esto significa que para que un ejecutivo alcance sus objetivos estratégicos, las relaciones públicas constituyen un medio eficaz para lograr metas y resultados exitosos.

Cuando un ejecutivo se relaciona, se conecta bien y con las personas adecuadas, obtiene grandes beneficios. ¿Cómo saber entonces si lo viene haciendo bien y está logrando los fines que buscaba? La mejor respuesta la encontrará en descubrir el verdadero poder del networking y a través del mismo encontrar que a su alrededor comienzan a suceder situaciones y oportunidades que permiten alcanzar sus objetivos más rápido o mejor de lo esperado.

Cuando un ejecutivo asiste a eventos y tiene buena exposición o aprovecha bien las conexiones o cuando se da cuenta que se le presentan oportunidades para hacer que su negocio crezca o mejore, está haciendo su parte para que el evento de networking sea un éxito. Otro indicador es la fidelización de los contactos que uno tiene. Si mantiene relaciones estrechas con ellos, establece una comunicación continua, son leales y gana confianza, los vínculos se pueden mantener a largo plazo.

Por otro lado, cada vez son más los líderes empresariales que invierten en afianzar y mejorar su imagen de marca personal y éste es otro de los caminos para lograrlo. Si un ejecutivo lograr comunicar sus fortalezas internas y su imagen hacia el exterior, las relaciones públicas lo ayudan a percibirse como un empresario atractivo, influyente y valioso, convirtiéndose así en un imán para sus principales stakeholders.

Una buena imagen no es proyectarse en un ser ideal que uno no es, sino saber a través de medios idóneos comunicar los valores auténticos que cada persona tiene en su mundo interior.