La palabra VIP se ha generalizado mucho en el mundo empresarial y aparece en las bases de datos agrupada en una categoría especial. Ese contacto no es necesariamente una persona que tiene poder económico, político o con capacidad de influencia… ¿Quién es realmente una personalidad VIP?

VIP es un término relativo que depende de muchos factores. Hay dos mundos: el del sector público, cuyo responsable es la Dirección general de la oficina de protocolo del Ministerio de Relaciones Exteriores, quienes tienen ya las categorías definidas. Y por otro lado, en el sector privado, depende de la coyuntura y los objetivos de la empresa. Por ejemplo, si es una empresa que está con falta de liquidez, en ese momento el VIP es el gerente del banco. Si la empresa realiza un evento institucional, los VIP’s en ese momento son los líderes empresariales y de opinión. VIP’s son también quienes atraen clientes, no necesariamente compradores ni inversionistas de proyectos, pero son networkers que nos pueden poner en contacto con muchos de ellos. Es decir, son influencers, personas reconocidas en el sector, que tienen credibilidad y buena reputación.

¿Por qué es importante un VIP? Porque son altamente influyentes. El diálogo con ellos es cada vez más relevante en las estrategias de comunicación de las empresas, pues nos ayuda a recibir impactos positivos de nuestra actividad. Lo importante no es hablar de lo que a nosotros nos interesa, sino de las expectativas que tienen los diferentes grupos de interés para obtener un beneficio mutuo. Cuanto más cerca estemos de nuestros círculos de influencia, más proactivos seremos para lograr objetivos a largo plazo.

Publicado en Diario Gestión