La base de datos de una empresa es en realidad una estrategia corporativa de negocio. Todo gira en torno a cómo perfeccionarla y que esta sirva como posible bisagra para estar cerca de clientes actuales y potenciales. Ello permitiría aprovechar las relaciones de una mejor manera y generar confianza en los grupos de interés.
Es importante centralizar información relevante, lo que ayudará a segmentar y mejorar las campañas de comunicación directa y personalizada.
Comenzar a armar de cero una base de datos idónea lleva tiempo, más aún si tenemos en cuenta que debe ser confiable. Es un componente que puede determinar el éxito o fracaso del trabajo realizado, por lo cual su armado requiere de una cuidadosa planificación y verificación.
Hoy en día existen muchos canales de contacto con los usuarios: además del website, las redes sociales son una buena opción para la actualización continua de la información.
La base de datos se debe mirar como una herramienta para vincular cualitativamente a los grupos de interés; mientras más se segmenten los mensajes a un nicho específico del mercado, se tendrán mayores oportunidades de conectar con él. Hay que olvidarse eso de querer llegar a todos de la misma forma, esa comunicación masiva no funciona.
¿Para qué sirve una base de datos? Para concentrar la información general de los contactos, elaborar campañas específicas, así como directorio para diferentes actividades, con el objetivo de segmentar la estrategia de comunicación, fidelización, elaborar mensajes y acciones personalizadas de alto impacto. Es importante, además, no abusar en su uso invasivo u accesorio.
Publicado en Diario Gestión