El trabajo virtual en el que nos ha puesto la pandemia, nos ha obligado a crear una disciplina y una rutina laboral que antes era impensable, estamos perdiendo la noción del tiempo y trabajando más de ocho horas al día, a veces sin parar. Este minuto libre con el home office, ya casi ni existe porque nuestras reuniones son seguidas, “de clic a clic”. Ahora el valor del minuto lo apreciamos más porque ya no tenemos esos tiempos muertos que habían para movernos de una cita a otra, ir por un café o esperar el ascensor.
Necesitamos tiempo para cerrar mentalmente una reunión o reflexionar para entrar al siguiente tema. Pero, ¿Realmente nos desconectamos? Quizás seguimos en la computadora o en el celular contestando whatsapps o mirando nuestras redes sociales que “nos relajan” pero no nos desconecta… Hemos perdido el “tiempo para mí”.
Para competir con el tiempo es necesario agendar nuestros espacios de ocio -recreativos y afectivos-. Tratemos de hacer intervalos de cinco minutos entre las actividades y valoremos ese minuto para desconectarnos del trabajo y dedicárselo a nosotros mismos. ¡Démonos prioridad! Y así nos vamos a sentir bien y generaremos mejores vínculos.
Publicado en Diario Gestión